domingo, 13 de mayo de 2007

Y como es este bello mundo de los vinos, tan maravilloso como vivo, donde uno se siente más suelto y a gusto, es lógico que empiece a hablar de algo que tenga relación con él
Como les describiría mi relación con el vino; deseo deseo deseo suena bién ¿verdad?. Bonita palabra . Encierra tantos anhelos. Implica casi una obsesión por la búsqueda de algo.

Para los amantes del vino en particular y de cualquier cosa en general, el deseo forma una parte no despreciable del objeto amado; pero para nosotros es un deseo incierto, un deseo con temor, pues cuantas veces nos hemos encontrado con vinos corrientes disfrazados de gala en fiestas demasiado caras... Cuantas veces la "chica" más guapa, objeto de todos nuestros anhelos luego no sabía "hablar"... sí, olia bien, bonito perfume que usa para luego, en lo mejor de la fiesta apagarse como una florecilla sin luz, y dejarnos al resto sin palabras en el mejor de los casos.

Por otro lado, cuan agradable sorpresa nos hemos llevado en otras ocasiones cuando no esperabamos más que unas bonitas palabras, agradables en su cortesía y parquedaz, y nos hemos visto sorprendidos por la dulcura, fragancia delicada, hermosura y equilibrio de nuestra anfitriona; es así este mundo de enamorados, donde los engaños viven en la casa de ricos y pobres, y los honrados también.

Ven ustedes lo complicado que es el amor...

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