martes, 15 de mayo de 2007

Abusando de su generosidad, ahí va eso:


...Hoy perdí un amigo

-Día triste, ¿verdad Johann?

-¿Que te pasa Amador?, ¿que te pasa, hombre?

-Perdí un amigo, un buen amigo.

-Día triste Amador, día triste, sí.

-¡Qué ratos juntos, Johann, no lo creerías…¡

-Lo creo bien, amigo Amador, lo creo bien...

-¿Sabes lo que siento de veras Johann?

-Siempre es lo mismo, siempre, lo mismo…

Sabes que le vas a coger cariño de la misma manera que sabes que le perderás.

Es cosa de tiempo…Johann

Siempre el tiempo.

-Pero esta vez es diferente Johann, esta vez es muy diferente…

Esta vez tengo conciencia de su pérdida, ¡maldita conciencia!

Esta vez se que se me fue…huelo su ausencia, su vacío.

Me queda, eso sí, su esencia, luz de luces, sol del bien, flor del jardín más hermoso que la primavera creó.

Me quedan sus palabras, me quedan sus silencios…

¿Tú sabes que los libros también tienen momentos de silencio Johann?

-No lo sabe mucha gente, amigo, pero te aseguro que esos silencios son tan profundos como la soledad de un suicida cuyo horizonte se pierde en la lejanía de sus lágrimas no derramadas

Y como no los respetes, ellos se disgustan…

Y se callan cosas…

Y no te susurran sus secretos

Entonces, esa relación maravillosa se va marchitando

Como las camelias preciosas que me regalaste ayer,

hoy amanecieron sin luz Joan, llenas de pena y nostalgia

de su madre, de sus hermanas, del sol y la madrugada, del rocío… del rocío.

Los libros, Johann, también se ríen; que sí, Johann, que ríen y lloran, y callan y hablan, sobretodo hablan. Y cuando vuelvas la última página, escucha, pues te dirán

adiós amigo, acuérdate de mi, háblale a la gente de las cosas que te conté, diles que las palabras nacen para ser brisa suave y calida, beso de enamorado, pecho de madre y

abrazo de padre…

¿Cómo se llamaba tu amigo Amador?

Que importa ya, amigo Johann, que importa ya.

“de la tristeza de acabar un buen libro”

No hay comentarios: